viernes, 22 de octubre de 2010

:).

-¿Por qué no decir lo feliz que soy?

-¿Y cómo de feliz eres?

-Soy muy muy feliz. De esa felicidad sobre la que la gente compone canciones cursis.

jueves, 21 de octubre de 2010

asa.

Las iniciales quedan un poquito raras, no voy a negarlo, pero bueno, yo te quiero igual:)
Que también a ti tengo que darte gracias (hoy toca a mucha gente). Por un montón de cosas.
Porque aunque seamos bipolares los dos y hasta hace poco nos llevábamos de pena y peor, me apoyaste y apoyas cuando más lo necesito.
Gracias por ayudarme, preocuparte y aconsejarme.
Gracias por ser uno de mis mejores amigos, y por tener el historial más grande de conversación conmigo (já, que se joda el resto).
En serio, muchas gracias por todo:)
Y aunque me llames puta borde (que lo soy), en el fondo te quiero un poquito.

pgr.

Polinomios:)
Que te digo lo mismo que a Sara, que muchísimas gracias por todo. Que acabo de colgar el teléfono, y sigo preguntándome a mi misma "jo, pero no se habrá enfadado, ¿no?". Espero que no, en serio.
Siento ser tan paranoica, pero me pasa a menudo, aunque sólo con las personas que me importan, por si te sirve de algo.
Que muchas gracias por entenderlo, aunque sé que es difícil. Por estar conmigo sieeempre que lo necesité, sobretodo últimamente. Por convertirte en una de las personitas más importantes que conozco y posiblemente conoceré. Por sacarme una sonrisa siempre que yo sola no puedo, y por darme un abrazo cada vez que lo necesito.
Eres, posiblemente junto a Sarynn, una de las personas a las que más tengo que agradecer, y nunca lo haré lo suficiente.
Te quiero muchísimo Pol, muchííísimo!:)


slm.

Hola cosita:)
Sé que tengo algo pendiente que explicarte, y prometo hacerlo en cuanto te acuerdes de preguntármelo, no voy a ser yo la que te lo recuerde, se siente.
Bueno, que quería darte las gracias. Por todo este verano. Por todas esas risas. Por todos los momentos, las fotos, las canciones, los paseos. Por la cena de tortitas y la noche leyendo ADV's.
Gracias por ser una de mis mejores amigas, y hacer que cada día te quiera un poco más.
Por todo Sara, gracias por todo.
Te quiero muchísimo.
Y oye, ya lo sabes...

Si ayer tuviste un día gris, tranquila, yo hare canciones para ver si así consigo hacerte sonreír.

ibp.

Creo que nunca te he dado las gracias por este... hm, no sé. Año y mucho aguantándome.
Que a lo tonto a lo tonto, pasaste de ser una tía a la que no podía ver a ser una auténtica amiga de hablar todos los días. ¡Que hablo más contigo casi que con Cristina!
Y... bueno, que creo que ya va siendo hora de agradecerte un poco las charlas, que confíes en mi para contarme tus movidas, que escuches/leas las mías y que, aunque no lo admitas, te preocupes un poquito (de esto me di cuenta ayer, cuando te comenté lo de que se iba y me dijiste que después del chasco que me había llevado blablabla, tú me entiendes -creo-).
Pues eso, que gracias.
Que aunque antes me cayeras mal, ahora me ayudas muchísimo prácticamente todos los días.
Y... que en el fondo sé que no dejarías que me quedara sola, porque me has cogido un poquito de cariño:)
Y lo dejo ya, que sé que estas cosas tan "empalagosas" y tal no te gustan, ¡tampoco voy a hacerte pasar un mal rato!
Gracias Irene, en serio.

PD: Esto quedaría requetemonísimo si tuviéramos una foto decente que poner juntas, pero oye...

lunes, 11 de octubre de 2010

Fairytales.

Tienes doce campanadas para convencerme de que soy una princesa, pero antes...
Si me llamas princesa y me hablas de castillos, háblame de Blancanieves, de Cenicienta, de Jazmín o de la Sirenita. Háblame de historias de amor como la de Bella y Bestia, de Rapunzel y su príncipe, de la Bella Durmiente y el príncipe Felipe. Háblame de bailes de fantasía con vestidos, zapatos de cristal y campanadas a las doce. Háblame de hadas madrinas, de reinos bajo el mar o, si quieres, de ratoncitos que te ayudan. Cuéntame cómo salvan a la doncella del dragón, dime cómo es que consiguen que el padre apruebe la unión o... o cómo en esa historia él conseguía hacer un agujero en el agua para conseguir la mano de ella.
Cuéntame el cuento que quieras, pero cuéntame uno que sea feliz. Uno dónde haya princesas de verdad, que no tengan que poner buena cara y que las sonrisas les salgan solas. O sino...
Sino no me llames princesa, porque soy republicana.
De hecho... mejor no digas nada. Todos sabemos que a medianoche el hechizo se rompe y la carroza vuelve a ser calabaza.

Hey guy, what's up?

Abrió la puerta, salió a la calle, saltó en un charco, cantó en la lluvia, sonrió al cielo y cerró los ojos. Hoy nada podía ir mal. Era su día.
Se sentía una chiquilla con las gotas de agua cayéndole por la cara; Todos saben que la lluvia gusta más a unos que a otros, ¿no? Se sentía una niña con sus botas de agua; Rosa, rojo, crudo... un sinfín de colores mezclados que daban forma a flores preciosas, pero que desentonaban con el ambiente gris del día. Por un momento, volvió a sus seis años, y fue como cuando recuerdas un chiste que te contaron hace meses en mitad de misa, o de una boda, o incluso de un funeral. No pudo evitar reírse. A carcajadas, hasta que la lluvia en el rostro dejó paso a las lágrimas que su risa le hizo resbalar desde los ojos. Se reía porque se vió de pequeña, por esa misma calle, la que llevaba años recorriendo para llegar... a cualquier sitio. Siempre había que pasar por ahí. Se reía porque por un momento, se olvidó de todo. De broncas, de novios, de amigos, de exámenes, de familia... Lo únicó que existía era esa calle. Esos recuerdos. Esa pequeña de quince años que no dejaba de reír, mientras el resto del mundo se escondía tras capuchas, gorros, abrigos, paraguas y soportales.
¿Acaso no lo veían? Era un buen día. ¡Era feliz! ¿Por qué no compartían su risa, su buen humor, su... su día? Le entraban ganas de gritar. De gritar a todo el mundo y... bueno, ¿por qué no hacerlo?
¡EH! Sí tú, ese que va por la calle y se esconde, el que se acurruca en el cuello de la chaqueta o en el fondo de la capucha. Ese que me mira como si estuviese loca. Y tú, la que corre para llegar a casa y que no se le moje la ropa en el tendal, también va para tí. Lo agrio es fácil de saborear, buscar el dulce es un poco más difícil, ¿lo sabías?
¡Sé feliz, imbécil!